Judith Roldán / María García / Paloma González
¡Egun on e-peregrinos!
Comenzamos el domingo de nuevo demasiado temprano con vistas al castillo de Javier y pusimos rumbo a San Juan de Gaztelugatxe en el Pais Vasco.
Después de unas horitas en el autobús, rezado las laudes y unas cuantas curvas que nos despertaban llegamos por fin a nuestra primera parada.
Íbamos mentalizados para el recorrido que nos esperaba allí, teníamos que subir 241 escalones de un escenario de juego de tronos pero no sabíamos lo que nos esperaba realmente. Hicimos un via crucis por grupos hasta la cima de la ermita desde la que había unas vistas preciosas de la costa del mar Cantábrico que nos dejó maravillados. Rezamos un credo juntos y bajamos. Nos dispusimos a emprender el camino de vuelta al autocar sin saber lo que nos tenia preparado el Señor, la subida de vuelta fue el verdadero via crucis para nosotros.
Comimos en Bermeo y descubrimos un nuevo deporte el levantamiento de piedras del que todos nos hicimos expertos.
Sin poder ducharnos y arreglarnos después de la calurosa y dura subida de la mañana nos dirigimos a Santo Domingo de la Calzada para celebrar la eucaristía. Terminamos la celebración en la plaza de España
cantando y bailando, hasta llegar al autobús donde continuamos con la fiesta hasta llegar al convento donde nos hospedaríamos. Fue toda una gracia sentirnos un solo cuerpo. Ver cómo la gente que nos veía en la plaza, sonreía, se unía a nosotros y mostraban signos de gratitud. Finalizamos nuestra etapa en Miranda de Ebro en una hospedería donde nos pudimos dar una merecida ducha, cenar bajo el cuadro del patrón de nuestra parroquia, dar un paseo por las calles de la ciudad y descansar para la siguiente aventura que el Señor nos tenga preparado para el día de mañana.
Como es maravilloso estar con los hermanos
Fernando A. / Rodrigo G.
Hola e-peregrinos:
Para comenzar el día, el Señor nos hizo el primero de todos los regalos, madrugar. A las 07:40 ya estaba el autobús preparado, y con un efusivo desayuno, abandonamos Javier para comenzar un sudoroso día.
Comenzamos nuestro camino a San Juan de Gaztelugatxe con unos laudes tempraneros, e incluso algunos en la oración personal se encontraron con Dios, como san José, en sus sueños. Tras tratar algunos temas importantes como el asesinato de Miguel Ángel Blanco o información sobre el Camino Neocatecumenal, terminamos nuestro primer trayecto.
Antes de llegar a los amenazadores 241 escalones, realizamos un corto paseo de 2 kilómetros y medio. Ya allí, nos dividimos en los grupos de la peregrinación y nos dispusimos a hacer el via crucis. Ya arriba, tomamos unos inesperados bocadillos, además de descansar y hacer algunas fotos. Una vez habíamos rezado el credo, comenzamos la bajada por grupos, aunque algunos lo hicieron a la carrera. Cuando pensábamos que ya habíamos acabado la caminata, todavía quedaban 2,5 kilómetros de cuestas extremas, que hicieron cambiar un par de camisetas.
Después de todo lo ocurrido, nos dirigimos a Bermeo, para degustar la comida del día en el restaurante Akelarre, comiendo una buena paella de pollo y un rico chuletón; mientras apoyábamos a los vascos “levantapiedras”.
Una vez terminamos de comer, tuvimos un pequeño descanso por el duro trabajo realizado; aunque algunos estuvieron disfrutando del “Pueblo Despierto”. Tras dos horas de descanso, disfrutamos del regalo de la eucaristía en Santo Domingo de la Calzada, con varios invitados. Tras disfrutar de la eucaristía, terminamos bailando por las calles.
Tras la euforia de los bailes, el autobús se vino arriba, y nos pusimos a cantar canciones, incluso en inglés.
Al final llegamos a Miranda del Ebro, donde nos alojamos en un convento, cenamos y terminamos dando un paseo viendo al Real Madrid.
Con ánimo nos acostamos para disfrutar de los cuatros días que nos quedan de peregrinación, esperando y ansiando todos los regalos que Dios nos tendrá preparados para esta gran aventura.
Subiendo escaleras a borbotones y rampas que ni los camiones