Santiago 2022: Resumen final

Peregrinos frente a la catedral de León.

Beatriz Gómez-Carpintero / Javier González / Pablo González

Durante esta peregrinación el Señor nos ha colmado de gracias, a lo largo de este resumen veremos muchas de ellas, puesto que algunas han quedado en lo profundo del corazón de cada uno de los peregrinos.

Durante la preparación de la peregrinación el Señor ha ido marcando el camino que debíamos seguir. Dios va abriendo y cerrando puertas, como decía Jaime en la Eucaristía de Javier, desvelando cuál era su plan para con nosotros en esta peregrinación. Por ejemplo, pedimos celebrar una eucaristía en Covadonga sin mucha convicción, puesto que se trataba del día de la Virgen y probablemente no hubiese hueco. Tardaron tanto en contestar que planificamos ese día de forma totalmente distinta a como nos tenía preparado el Señor, pero Él marcó.

Y ya en la peregrinación…

El primer día, el Señor nos concedió acercarnos a las raíces del Camino Neocatecumenal a través de los lugares en los que Carmen Hernández nació y pasó su juventud. Allí los peregrinos, pudimos ver cómo se gestó la llamada vocacional de Carmen a lo largo de su vida, y puesto que se trataba de una peregrinación vocacional, nos ayudó mucho de cara al resto de días.
Ese mismo día, tuvimos la gracia de acercarnos a una de las principales vocaciones de la Iglesia, la vida consagrada, visitando el convento de Teresa, hija de Félix y Maite, hermanos de la 1ª comunidad, familia en misión en Japón. Allí celebramos la eucaristía, en la cuál, el evangelio estaba muy relacionado con la vida matrimonial.
Por lo tanto, el Señor, ya el primer día, se nos estaba haciendo presente de forma personal a cada uno de nosotros.

El segundo día, durante la mañana tuvimos un acercamiento muy directo con nuestra madre, la Virgen. Entramos al santuario de Torreciudad en procesión con la Virgen del Camino Neocatecumenal al hombro, celebramos las laudes en la capilla de la Virgen de Guadalupe y Jaime nos dió una palabra impresionante sobre el papel de la madre en la vida de todo hombre.
Por la tarde, regresamos a los orígenes de Carmen, visitando el castillo de san Francisco Javier, lugar en el que se encuentra la capilla del Cristo sonriente, a quién ella, durante su estancia en el convento de las Misioneras de Cristo Jesús, se acercaba a rezar regularmente. También indagamos en la vida de san Francisco Javier, lo que nos puso de manifiesto otra de las vocaciones de la Iglesia, la misión. Finalmente, celebramos la eucaristía en la basílica del castillo, y finalizamos bailando en la explanada que se encuentra frente a él. Así comenzó nuestra primera experiencia de evangelización, y vimos cómo algunas personas se nos unían y bailaban con nosotros.

El tercer día, el Señor nos tenía preparado un acercamiento directo con el sufrimiento que pasó Jesucristo en la cruz, a través de nuestra propia fatiga, realizando un Via Crucis, a lo largo de la subida a San Juan de Gaztelugatxe. Se trató también de una labor evangelizadora, puesto que nuestro rezo a lo largo de todo el camino y la profesión de fe en lo más alto del islote, llamó la atención de gran cantidad de los turistas, que no eran pocos. Más tarde, llegamos a Santo Domingo de la Calzada, donde pudimos celebrar la eucaristía en una de las capillas anexas a la catedral, en ella el Señor nos recordó el sufrimiento de Cristo y de cómo Él cargó con nuestros pecados. Después, volvimos a bailar en una de las plazas del pueblo, llamando la atención de mucha gente que nos rodeó y los más valientes se pusieron a bailar y a dar gloria a Dios junto con nosotros.

El cuarto día, volvimos a tener un acercamiento directo con la Virgen, en el santuario de Covadonga. Allí pudimos celebrar en la cripta de la basílica, que tenía el tamaño exacto para nuestro grupo y posteriormente fuimos a rezar a la cueva donde se encontraba la Virgen. Fue un momento muy importante de intimidad con el Señor y con la Virgen, en el que cada uno de nosotros pudimos poner nuestros sufrimientos y pedir las gracias que necesitábamos.
Por la tarde, nos encontramos de nuevo con las raíces del Camino, esta vez visitando la casa familiar en la que nació y creció Kiko Argüello. Allí realizamos una oración dando gracias al Señor y terminamos bailando. Después, aunque no estaba previsto, el Señor nos regaló visitar la catedral de León, en la que se ponía de manifiesto su gloria. Por último, salimos a la plaza, que estaba llena de gente, y volvimos a evangelizar a través de la alegría de los cantos y el baile.

El quinto día, fue el día culmen de la peregrinación, el día que llegamos a Santiago de Compostela, y el Señor nos concedió un enorme regalo, el que coincidiese con la fiesta de nuestro patrón: San Roque. Antes de llegar, comenzamos con la enorme gracia de las experiencias, en las que los hermanos comenzamos a poner nuestra vida y a recibir una palabra de parte del Señor a través de nuestros catequistas.
En Santiago, tuvimos la suerte de visitar la catedral y ver el sepulcro de uno de los apóstoles, Santiago el Mayor, que pensándolo detenidamente es una maravilla. Posteriormente, pudimos participar activamente y representar a nuestra parroquia en la misa del peregrino. A lo largo de ella, san Roque se hizo muy presente a través de las oraciones, de la homilía y, claramente, de nuestro cuerpo.

El sexto día, tuvimos un largo camino en el autobús, lo que propició una gran cantidad de nuevas experiencias en las que realmente se vió como el Señor actuaba en la vida de los peregrinos. También hay que resaltar la labor de los catequistas a la hora de partir una palabra individual y concreta para cada uno, guiados por el Espíritu Santo.
Ya durante la tarde llegamos a Salamanca, donde tuvimos la tarde libre. Se formaron varios grupos a los que el Señor les concedió distintas gracias. A unos la gracia de la eucaristía, a otros el poder visitar la catedral y los lugares más destacados de la ciudad y a otros la gracia de los refrescos y el tapeo.
Por la noche, volvimos a tener las conversaciones que han sido tan significativas a lo largo de la peregrinación y que tanto han ayudado a generar comunión entre los hermanos.

El séptimo día, último día de nuestro peregrinaje, el Señor nos concedió acercarnos más a la vida de santa Teresa de Jesús, al visitar y realizar una eucaristía en el convento de Alba de Tormes. Durante esa eucaristía, se realizó la llamada vocacional, en la que cada uno de nosotros pudimos tener un diálogo con Dios para poder discernir sobre nuestra vocación.
Después de comer fuimos a la iglesia de la Asunción, en Fuentes de Carbonero. A través de unos hermanos del Camino en Segovia, el Señor nos fue mostrando cómo habían sido los orígenes del Camino Neocatecumenal, sus primeras convivencias y vigilias pascuales, y como el Señor a través de una serie de milagros fue gestando todo.
Finalmente, acabamos las experiencias antes de salir de la M-30 y finalizamos nuestra peregrinación en la plaza de Almodóvar, donde estaban nuestros familiares esperando para abrazarnos.

No podemos terminar sin dar las gracias a los catequistas por su labor al perder la vida preparando está peregrinación y acompañarnos a tener un encuentro con Jesucristo a través de las palabras que nos concedían.

También debemos dar las gracias a Luis, nuestro conductor, que nos ha llevado sobre alas de águila y ha hecho cuerpo con nosotros, poniendo su vida y emocionándose con nosotros.

Gracias a todos los peregrinos por la comunión vista en el autobús, las experiencias de vida y los buenos ratos que hemos podido compartir entre todos.

Gracias a los escritores de cartas, que han ayudado a todos los hermanos a poder entrar y no perder esta gran oportunidad que Dios nos ha brindado.

Gracias a todos los hermanos de la parroquia que han estado rezando por nosotros durante estos días, nosotros también os hemos tenido muy presentes.

Por último gracias al equipo de CNPSR, por haber permitido crear una peregrinación espiritual entre los miembros del autobús y los que se quedaron en casa.

Ha sido una peregrinación estupenda, pues hemos podido ver cómo Dios ha ido marcando el camino a cada paso, y sellando las distintas gracias en los corazones de todos los peregrinos.
Como dice Jaime: “A veces hay que echarle un órdago al Señor para ver quién gana, y sabemos que siempre gana él. Dios todo lo hace bien”. Hoy por hoy, todos los peregrinos podemos decir que es cierto, e incluso los distintos hermanos de la parroquia, que hoy pueden ver y disfrutar de cómo el Señor cumple su palabra, al ver a los frutos de sus comunidades, recibir tantas gracias en esta peregrinación.

2023-08-18T10:09:23+02:00
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