Pablo Donís / Teresa Gómez-Carpintero
¡Gustad y ved que bueno es el Señor!
Hemos podido disfrutar de un maravilloso segundo día de peregrinación en la zona noreste de la península.
Este sábado no podía empezar de mejor manera que dedicándole la mañana a la Virgen, nuestra madre y compañera de peregrinaje. Hemos entrado en el Santuario de Torreciudad en procesión con nuestro querido icono de la Virgen, llegando hasta la cripta donde hemos podido rezar laudes.
Con el ánimo alto y de camino a Jaca, hemos visto cómo el Señor nos regala la comunión del cuerpo con un acalorado juego de furor en el autobús.
Tras el breve paréntesis mariano de la mañana, hemos retomado los pasos de Carmen Hernández por la tarde. Rememorando su etapa del noviciado, hemos llegado a Javier, donde nos esperaba Cristo sonriendo en el castillo, donde tantas veces nuestra querida Carmen rezaba y era consolada.
Como guinda para el final del día, hemos celebrado la Eucaristía en la basílica del castillo. Dios va tocando el corazón de los hermanos, y esto se ha expresado efusivamente en todos los peregrinos bailando y cantando bajo la imponente silueta del castillo.
La fidelidad del Señor dura por siempre
Juan M. / Luis G. / Santiago G.
¡Hola e-peregrinos!
En la jornada de hoy hemos empezado yendo al santuario de Torreciudad y vamos más descansados que ayer. Allí, a través de unos vídeos, nos han contado la historia de este santuario, el cual solo tiene 47 años.
Después hemos hecho una procesión con el cuadro de la virgen del camino, hasta la sala de la Virgen de Guadalupe, dónde hemos los laudes. Después nos han dejado un rato libre para contemplar el precioso retablo con varias escenas de la virgen. A continuación, también hemos tenido la suerte de poder ver un montón de figuras de vírgenes.
Antes y después de comer, hemos tenido tiempo para descansar en el autobús y relacionarnos entre todos los peregrinos.
Luego, hemos llegado a otro hotel y hemos descargado las maletas en nuestras habitaciones. A continuación hemos ido a visitar el castillo de San Francisco Javier, que es donde él vivió.
Luego nos han dejado un tiempo para descansar y refrescarnos. Pasado el tiempo de descanso, hemos celebrado la eucaristía en la capilla de San Francisco Javier, en la cual hemos hecho el baile final a las puertas de la capilla.
Finalmente, nos hemos ido a cenar al hotel y nos hemos acostado para estar preparados en el día de mañana.
El origen