Carlos Molina / Cayetana Tejedor / Teresa Pascual
Todo tiene un final, mas no todo final es amargo.
Hoy, 18 de agosto del 2022, ha sido el último día de esta peregrinación que no ha dejado a nadie indiferente.
El día de hoy ha comenzado igual que el resto, con algún lujo de más, pero con el mismo espíritu. Añoraremos los madrugones que provocan bailes de cabezas que respingan como resortes al escuchar la potente y agradable voz de Luisje salmodiando las laudes. Como siempre puntuales los fieles portadores de maletas, han procedido a su último servicio ayudando a los hermanos a cargar el equipaje en el autocar. Una vez cargado ponemos rumbo a Alba de Tormes.
Allí hemos tenido la gracia de celebrar la última eucaristía de esta peregrinación en el monasterio de las Carmelitas Descalzas, donde descansa Santa Teresa de Jesús. No es necesario mencionar que ninguna eucaristía es igual que la anterior ya que en cada una el Señor se hace presente de distintas formas, en las lecturas, en los ecos de los hermanos, en las moniciones, en las peticiones y por su puesto, en las excelentes homilías que nos ha ofrecido nuestro querido presbítero Jaime.
Esta eucaristía era especialmente interesante porque además de buscar un encuentro con Dios, hemos podido dedicar un tiempo para reflexionar y hacer introspección para discernir sobre la vocación a la que el Señor nos llama. En esta ocasión no hemos tenido ningún afortunado ni afortunada llamados al servicio a la Iglesia, quizás en otra ocasión. Después de esta estupenda celebración, hemos podido disfrutar de una visita guiada por el museo del monasterio, en el cual hemos conocido a Santa Teresa de Jesús y su historia.
Al terminar, volvimos a nuestro autobús rumbo a Carbonero el Mayor, en Segovia. Allí comimos, y nos ahumamos con los platos que servían para otros comensales del salón. Desde luego salimos oliendo apetitosos, a buena carne segoviana. Al terminar, fuimos hacia la ermita donde se realizó la primera convivencia y Vigilia Pascual del Camino Neocatecumenal. En medio de la nada, había un todo. Solo ruinas y campo, y entre todo eso un edificio repleto de historia. Unos hermanos de Segovia nos contaron todo lo allí vivido en el pasado. Cómo era la convivencia entre los hermanos de palomeras y Kiko por aquel entonces, cómo llegaron hasta allí, los problemas que surgian, y cómo Dios iba poniendo hermanos y personas que ayudaban a que llegase hasta donde hemos llegado hoy. Y nos lo verificaba Luisje contándonos cómo lo vivió él de pequeño, al recordar a su padre realizando viajes hacia aquí, hasta en 3 ocasiones, para traer suministros y dinero. Anécdotas dignas de recordar y transmitir. ¡Que importante es la historia! Gracias.
Para terminar, cantamos todos juntos y nos hicimos una última foto de grupo. Después de esto, volvimos a nuestro autobus en donde continuarían las experiencias de los hermanos, que generosamente, comparten sus encuentros con el Señor, sus sufrimientos y sus alegrías, para ayudar al resto a entrar en comunión con Dios y a tener un encuentro con Él a través del hermano. Experiencias que enriquecen como ninguna otra cosa a cada peregrino que vamos escuchando. Y para finalizar, nuestro querido conductor nos regaló su experiencia de este tiempo vivido con nosotros, y se le abrió también una lectura.
Gracias Luis. Gracias Andrés y Ana. Gracias Jaime. Gracias equipo de catequistas. Le damos gracias a Dios por bendecirnos con vuestro servicio para esta peregrinación para que consigamos tener este encuentro con Dios. Hemos podido abrir nuestros corazones a los hermanos y ser una comunidad, un solo cuerpo. Serán días que no olvidaremos. Una primera gran experiencia para muchos de los hermanos mas jóvenes, que guardarán como un tesoro, en sus corazones, lo vivido este tiempo.
Lo que está por venir siempre será más y mejor. Lisboa, ya te esperamos.
Sí, tu amor y tu alegría me acompañarán. Sí, yo viviré en tu casa eternamente. (Salmo 23)
Cristina Álvarez / Ignacio García / Pablo García
Desgraciadamente, por última vez, hola ePeregrinos.
Este último día ha comenzado con uno de nuestros madrugones ya habituales, así como con el curioso contraste entre el melancólico ambiente de tristeza de nuestro último día y la felicidad y disfrute de un lujoso desayuno.
Encabezamos la mañana partiendo a Alba de Tormes, lugar en el cual hemos visitado la basílica de Santa Teresa y disfrutado de una maravillosa eucaristía con su correspondiente llamada vocacional. Tras esto hemos hecho una visita guiada por el museo de Santa Teresa de Jesús, un apasionante recorrido repleto de reliquias tales como el corazón y el brazo de Santa Teresa, numerosas casullas con una gran importancia histórica (de alguna de las cuales Jaime se ha enamorado), o preciosos cálices, esculturas y pinturas, alguna de las cuales representaba escenas de lecturas que nos habían salido en las experiencias, todo un regalo del Señor.
A continuación, nos hemos subido al bus, hemos escuchado las crónicas del día anterior, entre risas, y leído dos profundos y emotivos mensajes por parte de varios hermanos desde Madrid, que nos han recordado la importancia de no dejar que el demonio nos engañe, y de mantener en nuestros corazones el espíritu de la peregrinación cuando lleguemos a Madrid.
Llegamos así al mesón El Riscal, en el cual disfrutamos de una maravillosa paella y estofado de solomillo, aunque a duras penas, tras intentar los dueños del restaurante ahogarnos con el humo de la cocina.
Rápidamente, tomamos rumbo a la última etapa de nuestra peregrinación, el centro de oración Fuentes, lugar de gran importancia en el Camino, pues aquí se celebraron las primeras convivencias así como envíos de itinerantes. A todos nos ha tocado el corazón ver a Luisje emocionarse hablando de este lugar, el cual visitaba por primera vez, y en el cual 60 años antes Kiko comenzaba la misión que Dios había puesto en su corazón; no se nos ocurre mejor lugar para haber acabado la peregrinación que este.
Volvemos al bus y emprendemos rumbo a Madrid, escuchando las experiencias de los últimos hermanos, entre miradas de tristeza por la vuelta, pero también de júbilo y una alegría inexplicables por los regalos que el Señor nos ha concedido a todos.
Llegamos a nuestra querida parroquia con el tiempo justo para que hable el último hermano, nuestro querido conductor Luis, que nos ha sorprendido y emocionado a todos abriéndonos su vida y contándonos su experiencia de fe y la historia que el Señor está haciendo con él; un último regalo del Señor que nos hace darnos cuenta una vez más del amor que nos tiene.
Ha sido una peregrinación inolvidable en la cual el Señor nos ha colmado de gracias y regalos, desde el amor y la comunión entre todos los hermanos hasta los increíbles paisajes e iglesias que hemos podido visitar, el Señor nos ha dado, como siempre, el ciento por uno.
Peregrinos, nos vemos en Lisboa 2023.
Me robaste el corazón, hermana mía, esposa, me robaste, me robaste el corazón