Isabel Mª Álvarez / Miriam Benedicto
Madrid – Tel Aviv – Ammán
Queridos hermanos:
Por fin hemos llegado a descansar en nuestro hotel, el Sadeen Amman. Solo puntualizar que la cama es exquisita, muy mullidita.
Como sabéis, nuestro día, comenzó a la 01:00 de la madrugada en la plaza de Almodóvar. Al llegar al aeropuerto todo parecía en calma, pero en solo cinco minutos el número de pasajeros con destino Tel Aviv se multiplicó. Nos acordamos de las palabras del maestro en la multiplicación de los panes y los peces.
No fue hasta las 02:00 cuando empezamos la facturación con su previa sesión de preguntas. A las 03:00 conseguimos facturar pero no fue hasta las 03:50 cuando llegamos a la puerta de embarque. Allí nos esperaba una hora y diez minutos de espera.
Por problemas técnicos no pudimos despegar hasta las 06:50. Como comprenderéis el sueño nos nublaba la vista y solo los «elegidos» del pueblo pudieron secundar la gracia y dormir. Tras un buen aterrizaje, conseguimos salir pronto del aeropuerto con destino a la frontera con Jordania. Nuestro conductor David nos hizo los honores de regalarnos una gorra, una camiseta, una guía, agua y una bolsa-nevera con motivo de nuestro encuentro con el Santo Padre.
¡Llegamos a la frontera! ¿Alguien puede creer que se tarde más de dos horas en pasarla? Pues así ocurrió. Ya en Jordania, con nuevo autobus y guía, pudimos descubrir los encantos de este país que nos llevaron a desear los ajos y las cebollas de Egipto, pero rápido cambiamos de idea al descubrir Ammán y el hotel que nos esperaba. Y como es costumbre del peregrino, solo nos quedó cenar y reponer fuerzas para la próxima jornada.
Por supuesto la alegría no la hemos perdido.