Santiago Martínez
Sydney
Hoy hemos tenido un día más relajado de lo normal. Tocaba visitar Sydney y así lo hemos hecho. Comenzamos nuestro día visitando algunas zonas de las afueras de Sydney, con nuestro guía Collin, lo que nos llevo hasta una preciosa playa con espectaculares olas. No estaba la cosa para darse un baño, ¡que frio!, pero el sitio merecía la pena.
Continuamos la visita en un mirador desde el que no se veía gran cosa, ya que el día estaba gris y lluvioso. Desde allí salimos hacia otro mirador, este estaba mucho más claro y había dejado de llover, por lo que aprovechamos para hacer fotos con la Sydney Opera House y el puente de fondo.
Tras las fotos y que volviese a llover nos fuimos al centro, a la catedral, donde pudimos rezar un rato y dejar descansar al corazón.
Nos quedaba una última visita: La Sydney Opera House, lugar emblemático donde los haya y signo inequivoco de la ciudad de Sydney. Un edificio precioso, adelantado a su tiempo y que preside la bahía. Tras hacernos fotos en casi todos los ángulos y dar una vuelta por la plaza continuamos nuestro caminar por separado. Algunos se quedan a ver la ópera por dentro y el resto tiene tiempo libre por la ciudad para verla, montar en el monorail, hacer compras o lo que cada uno quiera.
A las 19:30 salimos del hotel Swiss, en la calle Market St., con rumbo a nuestro hotel, donde cenamos y terminamos el día con un partido de rugby entre nuestros chavales.
Dios nos sigue cuidando y mañana nos precederá de nuevo en la misión, de eso no hay duda.