Gema Ortega / Jacob Álvarez
Sydney
Después de todo lo recibido en el encuentro con el Papa y con Kiko ha llegado el momento de compartir con los demás tantas gracias recibidas, porque ya se sabe: «lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis», por lo que hoy ha tocado hacer misión en Sydney.
Para ello hemos cogido un ferry que nos ha llevado por la preciosa bahía de Sydney a un pueblo llamado Manly, donde nos esperaban los 300 hermanos de Puerto Rico, con Julio y Beli a la cabeza, y los 20 hermanos venidos de Costa Rica con nuestro querido Jesús Fuster.
Para nuestra sorpresa, en el pequeño pueblo de Manly el Señor había reunido a todas las naciones: alemanes, portugueses, italianos, brasileños, croatas, españoles, etc. que hacían misión anunciando «the good news», perdón, la buena noticia.
Nosotros antes de iniciar la marcha hemos rezado Laudes, megáfono en mano, para pedir ayuda al Espíritu Santo, y así hemos empezado a evangelizar, Puerto Rico de dos en dos y san Roque y Costa Rica danzando y haciendo anuncios con el megáfono. Hoy hemos dado testimonio un montón. Ha sido impresionante volver a ver la fuerza del Señor en los hermanos que han hablado.
Hemos comido rápidamente, quince minutos de compras y de vuelta a Sydney para celebrar la eucaristía todos juntos en la iglesia de Mary MacKillop, la única beata australiana, por el momento. Nos ha presidido el obispo de la diócesis de Caguas (P. Rico), Mons. Rubén González, que en alguna ocasión ha estado en san Roque. Solo podemos deciros: ¡lo que os habéis perdido!
Tras las despedidas de vuelta al hotel, cena (enésima hamburguesa y el colesterol por las nubes) y a descansar que mañana será día turístico por Sydney.
Para despedirnos, pediros que recéis por nosotros porque, aunque aún no lo asimilamos del todo: ¡¡NOS CASAMOS!! Rezad por todos los peregrinos que se nota.