Sydney 2008: 19 de julio

Santiago Martínez

Sydney (JMJ 2008)

Hoy es el gran día. Casi recién llegados a Sydney nos preparamos desde bien temprano para el día central de nuestra peregrinación. Un día que dura 48 horas y que nos devolverá a este mismo hotel mañana por la noche.

Nos levantamos, desayunamos y nos hacemos con algo de comida ya que no sabemos exactamente que nos encontraremos. Los catequistas han decidido que lo mejor será ir en tren hasta Central Station, en pleno corazón de Sydney, y desde allí caminando con el resto de peregrinos hasta el recinto del encuentro, el hipódromo «Randwick Racehorse». Para coger el tren ningún problema, todo parece bien organizado, pero aún estamos muy lejos del altar donde el Papa celebrará esta noche la vigilia. Al llegar a Central Station empieza a notarse ese algo que rodea estos encuentros: peregrinos, banderas, calles cortadas, carteles indicativos, policías y voluntarios… sin duda estamos aquí otra vez, en la Jornada Mundial de la Juventud.

Antes de comenzar nuestro caminar tenemos que recoger nuestros packs del peregrino, para ello Fernando y los jefes de equipo se acercan hasta Grafton St. donde se supone que debemos recogerlos. Allí no hay nada de nada y nos envían a buscar a otro lugar donde, esta vez sí, recogemos nuestros packs y volvemos hasta la estación donde espera el resto de nuestro grupo. Comienza nuestro camino hacia Randwick y unos cuantos jefes de equipo se adelantan para coger sitio. Nos ha tocado la puerta 21, zona E, área 3. ¿Dónde estará?, pronto lo sabremos. Mientras tanto el grupo se pone en marcha. Hemos tenido una baja, Judit se ha puesto enferma y no ha podido venir. Al llegar la avanzadilla acota una zona para poner nuestro campamento base y luego a esperar al grupo luchando por que no nos quiten nuestro espacio.

Ya hemos llegado y nos hemos instalado. A nuestro alrededor hay estadounidenses, españoles, y nos rodean muchos vietnamitas, que se acoplan en cualquier lugar e intentan ir comiéndonos terreno pero como dice la palabra conseguimos «pasar la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto».

Ya está aquí el Papa y empieza a hacer bastante frio, un gran acierto ha sido poner mantas térmicas en las mochilas del peregrino. Comienza la vigilia y Benedicto XVI se muestra cercano y sonriente. La vigilia ha sido un éxito y las palabras del Santo Padre han sido acogidas por los jóvenes con muy buen ánimo, dispuestos todos ellos a seguir a Cristo con la ayuda del Espíritu Santo, centro de esta celebración.

Son las 21:30 y nos esperan doce largas horas hasta que vuelva a aparecer el Papa. La noche, como es costumbre se rige por los corros de bailes y cánticos. Aún así el frio ha hecho que la gente regrese temprano y la jornada termine con muchos peregrinos alrededor de una pequeña hoguera hecha con velas.

Mañana nos espera la misa de clausura, esperemos no estar demasiado cansados. Que durmáis bien.

2024-08-03T07:39:14+02:00
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