Isabel Mª Álvarez / Miriam Benedicto
Florencia – Niza
¡Queridos hermanos!
Os escribimos ya desde la francesa ciudad de Niza. Hoy el día ha sido muy intenso, con muchos regalos por parte del Señor.
Nuestra jornada comenzó a las 6:30 de la «madrugada» con el agradable sonido del teléfono. Tras un suculento desayuno, partimos a las 8:00 con dirección a Pisa. Allí, como todo buen turista, nos hemos hecho miles de fotos; y como es natural, hicimos un gran esfuerzo por sujetar la torre (que aún sigue en pie).
A las 12:00 en punto tras esquivar a los vendedores del mercadillo subimos al autocar alegres y contentos para comer en «El Chico», cuyas delicias ya conocíamos. Sin embargo, el Señor nos envió un gran caramelito: en un túnel de la autopista, un trailer había sufrido un accidente y se quemaba a apenas un kilómetro de donde nos encontrabamos, dejandonos dentro del tunel totalmente parados. Estábamos a 250 km de nuestro destino, pero no cundió el pánico porque sabíamos que nuestro querido conductor, Roberto, y su gran ayudante, nuestro párroco Juan Antonio, nos sacarían del apuro.
A pesar de todos sus esfuerzos, nadie nos libró de este maravilloso don de pasar más de 6 horas dentro del autobús. Gracias a Dios encontramos un Autogrill en el que poder aliviar nuestras necesidades básicas que tanto nos apremiaban (aunque no hemos comido hasta las 7 de la tarde).
Tres horas más y la película de «300» fueron suficientes para, finalmente, saborear el postre que el Señor también había preparado. O sea, que llegamos a las 22:00 a nuestro hotel en Niza.
Ahora nos disponemos a acudir a la playa para reponernos psíquicamente de este acontecimiento tan hermoso que el Señor nos ha concedido.
Un saludo muy especial de los hermanos de la 5ª y un saludo exprés para los aludidos. Desde Niza, la Paz.
PD: ¡¡Espartanos!! ¡Au!, ¡Au!, ¡Au!