Peregrinación 2024: 3 de agosto

Ana González / Fernando Aguado

Madrid – Barbastro

¡Buenas noches ePeregrinos!

Hoy nuestra aventura ha empezado bien temprano, con alguna que otra cara de sueño destacada. Y después de la celebración de algún que otro padre por la marcha de sus hij@s, ¡ha comenzado nuestra aventura!

Con Demetrio al volante, y cada uno a su asiento, hemos dado comienzo a esta peregrinación en la que estamos seguros de que el Señor nos va a llenar de gracias.

Después de unas Laudes costosas, como consecuencia de una falta de sueño (posiblemente causada por los nervios de esta gran hazaña que acabamos de comenzar) empezamos con las presentaciones, desde los más jóvenes a los más veteranos, y terminando con Lidia y sus «nuevos nueve» años.

Primera parada en la que unos han aprovechado para tomar algo y otros buscaban obtener una riqueza mundana.

De nuevo en el autobús y algunos quisieron dormir, pero la conversación de algunos de los más jóvenes y la chispa de Bea, se lo pusieron difícil.

¡Por fin en Zaragoza! Tras varias vueltas por la catedral, y alguna pulserita comprada, hemos tenido la suerte de poder celebrar la eucaristía a capela, en la capilla de san Antonio de Padua, a los pies de la Virgen del Pilar. Sabiendo lo que hay que pedirle a san Antonio, algunos jóvenes han aprovechado la oportunidad, a la espera de los frutos.

A espaldas de la catedral, los jóvenes degustaban sus bocadillos junto con un agradable aroma del río, que quitaba el apetito… Pero ha habido algunos sacrificados que han comido lejos del aroma del río, porque el Señor ha creído que de esta manera quedarían mejor saciados conforme a sus necesidades.

¡Por fin en Barbastro, nuestro último destino del día!

Descarga de maletas, entrega de habitaciones y de vuelta a la carretera, hacia las largas charlas del P. Carlos en las que ha habido no solo emociones, sino incluso sueños. Además, el Señor nos ha rodeado de estos 51 santos mártires y nos ha premiado con un regalo de primera clase, al darnos una reliquia de uno de ellos.

Ya en el hotel, rezamos una vísperas interrumpidas por el grupo de «los ángeles del infierno», pero que fueron terminadas con éxito. Finalmente una cena que nos recuerda a una peregrinación pasada, seguida de una conversación entre hermanos que ayudan a crear un grupo unido y a descansar para el siguiente día.

¡Ya estamos deseando que llegue mañana para ver qué nos tiene preparado el Señor!

“Encomienda al Señor tú camino; confía en él, y él actuará” (Sal 37,5)

2024-08-09T09:48:18+02:00
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