Ernesto García
Madrid – Castelo Branco
Amaneció el día de hoy con un color gris, amenaza de lluvia y saludándonos de manera triste a los peregrinos, partíamos en dirección a Fátima, donde, otra vez, nos encontraremos con el Papa y con Kiko.
Nuestra hora de partida estaba fijada a las 08:00 pero todos nos conocemos y sabíamos en nuestro fuero interno que alguien se retrasaría, y así ocurrió. Durante la espera de los rezagados se notaba en el ambiente las ganas de partir por parte de los hermanos allí reunidos, de iniciar una nueva peregrinación, mientras se iban descubriendo las caras nuevas pertenecientes a los miembros de la 7ª comunidad, que se incoporaban a la peregrinación y echando en falta a los hermanos que nos habían acompañado en otras.
Los hermanos sabemos interiormente que este es el cuerpo de esta peregrinación; y mientras todo esto ocurría llegaron los hermanos que faltaban y fueron recibidos con aplausos. Por fin, podíamos partir hacía nuestro destino: Fátima.
Tras unas horas navegando por los campos de Castilla, hicimos la primera parada en Alba de Tormes, donde participamos de la eucaristía en la casa principal de las Carmelitas, delante de las reliquias de Santa Teresa de Jesús. En los mismos lugares donde ella estuvo, pisando el suelo desgastado que pisó la santa, salvando el tiempo transcurrido.
Al finalizar la eucaristía visitamos el museo descubriendo las reliquias de su corazón y brazo izquierdo incorruptos, así como los diferentes documentos, retablo, orfebrería relacionada con la santa, y por último una escena de como fueron sus últimos instantes.
Después de tanto recogimiento, llegó el tiempo de la distensión, empezando por las risas, canciones, juegos de cartas y por último las presentaciones. En ellas se realizó la parada para comer y fueron terminadas antes de llegar al hotel.
Aquí, tras las oportunas indicaciones de los catequistas, decidimos irnos a la piscina para relajarnos, y empezar mañana con nuevas fuerzas la jornada que se nos presenta. Después de cenar recibimos el último regalo, levantarnos a las 05:30 en vez de a las 04:00.
Todavía no se ha escuchado el grito de la última peregrinación que suponemos que mañana llegará…
Felicidades a los peregrinos atléticos.
